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Históricamente, rampas y pendientes fueron siempre sinónimos de suplicio y de peligro. El suplicio estaba en las rampas, cuesta arriba, pero el peligro estaba en los descensos por los tramos en pendiente. Así fue históricamente, cuando la tracción era animal y era sumamente difícil controlar el tiro y frenar los carros cargados. Los primeros ingenieros de caminos se las vieron para...