La Bóveda del Fin del Mundo: está oculta a 120 metros de profundidad en una montaña del archipiélago noruego de Svalbard, en el Ártico. Esta cámara acorazada, preparada para resistir terremotos, explosiones nucleares, erupciones volcánicas y otros desastres, conserva en su interior 800.000 muestras de más de 4.000 especies de semillas de 231 países que podrían ser utilizadas en caso de una catástrofe mundial.
