http://www.santiagodemolina.com/2013/11/una-delgada-linea-negra.html
De Álvaro Siza cabe admirar su talento, su facilidad, la alegría de su arquitectura, y, como les sucede a los grandes, su suerte. En el pabellón de Carlos Ramos, en Oporto, puede verse un ejemplo de ese especial tipo de fortuna.