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En un tiempo no muy lejano, había tanto trabajo en la construcción que en algunos casos no importaba lo bien o lo mal que se hacían las cosas, todo valía y lo que más primaba era la velocidad de ejecución para hacer todas las obras que se ponían en marcha cada día y además hacerlo con un precio contenido, no fuera que se perdiera un poco del "escaso" margen que se manejaba en el sector de la construcción y promoción inmobiliaria.