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Vivir en una gran ciudad tiene sus ventajas pero puede que llegue un momento en el que acabes saturado de tanta estimulación, estrés y, sobre todo, que acabes harto del resto de seres humanos. Una casa en medio del monte o refugiarte en un pueblo semi-abandonado sería una buena opción.
Rosa Marin Martín
Que sitios más alucinantes para disfrutar de la naturaleza y el medio ambiente y despejarnos un poco del ajetreo de la ciudad¡¡¡. Yo me quedaría en la casa solitaria de la isla Ellidaey, Islandia o en la cabaña de invierno, que con una buena chimenea se debe estar de lujo.